lunes, 25 de noviembre de 2013

LOS SALDOS DEL PARO MAGISTERIAL

Jacob Aquino Muñoz.

25 de noviembre de 2013.

Este lunes, supuestamente, los maestros regresan a las aulas en Chiapas, después de casi cuatro meses de suspensión de clases y plantón magisterial.

Por todos lados, los saldos de este paro magisterial son negativos. Nadie ganó nada, todos salimos perdiendo.

En primer lugar, el saldo más negativo del paro magisterial se repercutió a los alumnos chiapanecos, los cuales prácticamente ya perdieron un semestre de clases. Con el rezago educativo que hay en Chiapas, los indicadores del sector serán mucho peores.

Los padres de familia, cuyos hijos perdieron clases, vieron retrasar la educación de sus hijos de manera alarmante, además de todos los inconvenientes que les causaron al tener a sus hijos en casa, especialmente, para aquellos padres que trabajan.

Los ciudadanos en general, sufrimos constantemente bloqueos de calles y carreteras, de casetas de pago, tomas de oficinas, de instalaciones de suministro de gasolina, entre otras cosas peores más, que impidieron, durante cuatro meses, que la vida cotidiana se desenvolviera con la naturalidad acostumbrada.

Los empresarios, especialmente aquellos cuyos negocios fueron afectados por el campamento magisterial, difícilmente podrán levantar de nuevo sus empresas, hoy muchos están en quiebra y otros sumamente endeudados.

La economía chiapaneca resultó también gravemente afectada por el paro magisterial. Los indicadores de creación de empleo van en picada, igual que los indicadores de crecimiento económico de la entidad. La situación económica de Chiapas hoy es altamente grave.

Por su parte, el gobierno no ganó absolutamente nada, ni en el ámbito federal ni en el estatal. La tolerancia excesiva se ganó el repudio ciudadano y un descrédito de las autoridades en el tema educativo. En estos momentos, la sola voz de Chuayffet, causa risa y coraje al mismo tiempo, desconfianza absoluta.

Los maestros tampoco ganaron nada, solo el repudio de la ciudadanía en general. El paro magisterial agotó físicamente a cada maestro y maestra que tuvo que permanecer, bajo el sol y la lluvia, casi cuatro meses, en casas de campaña improvisadas. 

La suspensión de sueldos también agotaron las finanzas personales de los maestros. Muchos de ellos antes del paro ya estaban sumamente endeudados y, para subsistir estos cuatro meses, tuvieron que recurrir a créditos adicionales, para llevar el pan a casa. 

La situación financiera de los maestros es hoy tan grave, que  algunos especialistas consideran que será necesario la creación de un “profeproa”, para poder sacar adelante las deudas de los maestros.

La reforma educativa perdió credibilidad, porque la ciudadanía desconoce los acuerdos y componendas que el gobierno realizó con los maestros, para lograr la suspensión del paro magisterial. 

Por la forma de negociación, con acuerdos en los “oscurito”, el éxito de la reforma educativa está prácticamente cancelada, sin posibilidades de ejecutarse en el futuro. Si este será el resultado del acuerdo entre gobierno y maestros, entonces para que tanto brinco, si el suelo estaba igual de “feo” antes de la reforma educativa.

En esta confrontación constante, de casi cuatro meses, nadie ganó nada, todos perdimos, para llegar exactamente al punto donde nos encontrábamos antes de la reforma educativa.

Ha sido un esfuerzo en vano y un desgaste excesivo. Seguramente, tanto el gobierno como los maestros, pronto darán su batalla ideológica, para hacernos creer, cada uno por su lado, que ganaron la guerra. 

Los maestros dirán que la reforma educativa ha sido cancelada, que no habrán evaluaciones, ni despidos, que todo volverá a ser como antes, un espacio donde ellos mandan y ellos deciden. Para creerles, los paros magisteriales serán intermitentes, cotidianos, para refrendar su poder sobre todos.

Por su parte, el gobierno nos dirá que la reforma educativa sigue su marcha, que no se detendrá y que será el mayor éxito de Chiapas y de México de los últimos tiempos.

Los ciudadanos, otra vez, nos quedaremos como espectadores de esta ridícula y desesperante confrontación, que no logró alcanzar ningún objetivo positivo, ni una experiencia saludable, puros fracasos y retrocesos, para todos.



LEVANTAMIENTO PARO

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