martes, 24 de junio de 2014

CIUDADANOS INSATISFECHOS

Jacob Aquino Muñoz.

24 de junio de 2014.

Si no peleas para acabar con la corrupción y la podredumbre, acabarás formando parte de ella. Joan Baez, cantante estadounidense.

La corrupción en las policías, ministerios, jueces y políticos fueron terror en mi niñez y en mi juventud. Hoy, 50 años después, mi terror se transformó en preocupación y una profunda decepción por el nulo avance en materia de corrupción en esos ámbitos. Esa es mi percepción ciudadana, la cual, lamentablemente, comparto con casi la totalidad de los mexicanos. 

Al menos así demuestran los resultados de la “Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental” (ENCIG), el nuevo producto que ha presentado el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). 

La Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental (ENCIG) ofrece información referente a la satisfacción con servicios públicos básicos y servicios públicos bajo demanda, así como sobre las experiencias en pagos de servicios públicos, realización de trámites, solicitudes de servicio y contacto con autoridades.

La encuesta se aplicó en población mayor de 18 años que reside en ciudades mayores de 100 mil habitantes. El período de referencia de la información es de enero a diciembre de 2013 y el tamaño de la muestra fue de 33 mil viviendas.

Este nuevo producto mide el grado de satisfacción que tiene la gente con respecto a los servicios e infraestructuras públicas, considerando opciones de “Muy Satisfecho” o “Satisfecho”. De igual forma, se puede inferir el grado de insatisfacción a través del porcentaje de la población que no está satisfecho. 

Los más bajos niveles de satisfacción ciudadana sobre las distintas variables de la ENCIG 2013 se registraron en el centro y sur de México. Los más altos grados de satisfacción se registraron en los estados del norte del país. Debido a ello, se puede considerar que el nivel de pobreza y subdesarrollo incide también en el grado de satisfacción de la gente. No podría ser de otra forma.

Según la ENCIG 2013, el 70.4% de la población nacional considera que la inseguridad y delincuencia es el problema más importante que aqueja hoy en día a su entidad federativa, seguido del desempleo con un 51% y la corrupción con un 48.5%.

Los problemas que le siguen en importancia para los mexicanos son la pobreza con 39.3%; mal desempeño del gobierno con 30.8%; mala atención en centros de salud y hospitales públicos con 17.9%; baja calidad de la educación pública con 14%; mala aplicación de la ley con 8.3%; descoordinación entre diferentes niveles de gobierno con 7.2%; falta de rendición de cuentas con 3.5%; y desastres naturales con 1.9%.

El promedio nacional del nivel de satisfacción general con los servicios públicos básicos y bajo demanda es del 49%. El más alto porcentaje de satisfacción se registró en Colima con 71.5% y el más bajo en Tabasco con 38%. En Chiapas, el porcentaje fue del 41.7%

El 26.3% de los mexicanos consideró que el agua de su ciudad es potable, bebible sin temor a enfermarse. Un porcentaje muy bajo, por cierto. A nivel estatal, el más alto promedio de satisfacción sobre la potabilidad del agua se encuentra en Nuevo León, con el 74.4%. Caso opuesto es Tabasco, donde solo el 2.9% de la gente estima que el agua es potable. En Chiapas solo el 5.7% de la población considera que el agua que les llega a su domicilio es potable. 

El 17.6% de la población nacional considera que las calles y avenidas de su ciudad se encuentran en buen estado, sin baches, coladeras hundidas o abiertas. A nivel estatal, el más alto porcentaje de satisfacción en este aspecto se dio en Aguascalientes, con 39.6% y el más bajo se registró en Campeche con 3.7%. En Chiapas, fue de 6.6%.

El 77.7% de la población nacional que es usuaria del servicio de educación pública básica, considera que en su estado se cumplen con los días de clase programados en el calendario. El más alto promedio de satisfacción ciudadana se encuentra en Coahuila, con 91%. El más bajo está en Michoacán, con 34%. En Chiapas fue del 48.9%

El 46.1% de la población nacional se siente Muy Satisfecha o Satisfecha con los servicios estatales en autopistas y carreteras, educación pública básica y superior, seguro popular y policía. A nivel estatal, el más alto grado de satisfacción se registró en Nayarit con 72.7% y el más bajo en Guerrero, con 32.5%. El nivel de satisfacción ciudadana en estos servicios proporcionados en Chiapas fue de 39.4%.

El 41.7% de la población nacional se siente Muy Satisfecha o Satisfecha con los servicios municipales de agua potable, calles y avenidas, parques y jardines, alumbrado público, policía y recolección de basura. El más alto porcentaje de satisfacción se dio en Nayarit, con 66.3% y el más bajo en Guerrero, con 27.7%. En Chiapas, solo el 33.5% de la población se encuentra satisfecha con la calidad de esos servicios.

El 75.4% de la población nacional se siente Muy satisfechos o Satisfechos con el tiempo destinado a realizar algún pago o servicio público. El más alto porcentaje de satisfacción ciudadana está en Baja California, con 86.3% y el más bajo se registró en Oaxaca, con 63.3%. El nivel de satisfacción en Chiapas fue del 69%.

El 88.3% de la población encuestada consideró que la corrupción en su estado es Muy frecuente y Frecuente. El nivel de percepción ciudadana sobre la corrupción es bastante elevado. El más alto porcentaje se registró en el Distrito Federal, con 95.3%. El más bajo se registró en Querétaro, con 65 %. En Chiapas fue del 84.6%. 

La población mexicana considera que la corrupción se genera, principalmente, en los siguientes sectores: Policías 89.7%; Partidos Políticos 84.4%; Ministerio Público 78.4%; Gobiernos Estatales 77.2%; Diputados y Senadores 77 %; Gobiernos Municipales 75.8%; Gobierno Federal 75.6 %; Institutos Electorales 66.5%; Sindicatos 66.4%; Jueces y Magistrados 65%; Empresarios 63.5%; Medios de Comunicación 62.3%. 

Desde siempre, la ciudadanía ha considerado a los ámbitos de la seguridad, de justicia y de la política, como los más corruptos. Después de tantos años, lamentablemente, no ha cambiado esa visión de los ciudadanos, seguramente porque la realidad no ha cambiado absolutamente en nada. 

Publicado en "Es Diario Popular" http://esdiario.com.mx/ciudadanos-insatisfechos/



viernes, 20 de junio de 2014

LAS ESTRATEGIAS DE LOS JUEGOS DEL HAMBRE

Jacob Aquino Muñoz

20 de junio de 2014.

Este artículo no se refiere al libro “Los Juegos del Hambre” ni a la película que se ha realizado basado en dicho libro, en donde la trama es una competencia, a muerte, entre diversos contendientes para obtener alimentos que les serán suministrados de por vida. Solo uno puede ser el ganador en esta competición. Todo parece indicar que la estrategia de la élite gobernante es combatir el hambre mediante la reducción de la población.

En este artículo analizo otro tipo de juegos sobre el hambre. Más bien, este artículo debería titularse “los juegos de las cifras, datos, indicadores y fórmulas del hambre”, porque su objetivo es analizar procesos y resultados de la Cruzada Nacional Contra el Hambre (CNCH) que se puso en marcha el año pasado en nuestro país. 

El tema es sumamente difícil y complicado por la cantidad de variables que inciden en la materia. La cantidad de siglas que se utilizan alrededor del tema hace necesario la utilización de un idioma adicional, el “siglañol”. Si no me creen, lean la cantidad de siglas utilizadas en este artículo. 

Primeramente, es necesario definir el concepto del hambre, para lo cual tomamos la definición aceptada por la propia CNCH y la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL), la cual la define como la “situación que enfrenta una persona al encontrarse en pobreza extrema y con carencia alimentaria”. 

Para saber el número de personas que se encuentran en esa situación, la CNCH recurrió a la medición de pobreza que realiza el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL). 

El CONEVAL mide la pobreza utilizando 8 dimensiones: ingreso, rezago educativo, acceso a la salud, acceso a la seguridad social, calidad y espacios de la vivienda, acceso a servicios básicos en la vivienda, acceso a la alimentación, grado de cohesión social. Esta institución mide la pobreza a nivel estatal cada dos años y a nivel municipal cada cinco años.

Para realizar sus mediciones, el CONEVAL utiliza diversos insumos informativos, principalmente la “Encuesta de Ingresos y Gastos de los Hogares” (ENIGH) y la “Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo” (ENOE) y el “Índice Nacional de Precios al Consumidor” (INPC) que realiza el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). La ENIGH se publica cada dos años, la ENOE cada trimestre y el INPC cada quince días.

De acuerdo a la medición de CONEVAL, los resultados de pobreza en México en el año 2012, fueron los siguientes: 11.5 millones de mexicanos en pobreza extrema y 27.4 millones con carencia de alimentación

Como son muchos y seguramente porque la paga no ajusta para tantos hambrientos que existen en este país, la SEDESOL y la CNCH, que en la realidad son la misma institución, se sacaron de la manga una estrategia de medición: 7.01 millones de mexicanos en pobreza extrema carentes de alimentación, algo así como pobres extremos que no tienen ni para comer. Poco faltó para les pusieran una etiqueta que se les identifique fácilmente, algo así como los “hambreza”.

La verdad es los 27.4 millones de mexicanos carentes de alimentación son los que no tienen para comer, no solamente los que están en pobreza extrema. Independientemente al juego de datos, cifras y cálculos, al menos se definió una meta concreta, una población objetivo que son sujetos de atención: 7.01 millones de mexicanos incluidos dentro de la CNCH. Aún así, siguen siendo muchos ciudadanos que deben ser atendidos.

El problema es que SEDESOL ni la CNCH tienen forma de medir sus avances en la materia. Es necesario esperar las nuevas mediciones de la pobreza a nivel estatal que realizará el CONEVAL para el año 2014, la cual conoceremos seguramente en los primeros meses del siguiente año. La medición de la pobreza a nivel municipal se realizará en el año 2015 y los resultados seguramente estarán disponibles en el ejercicio siguiente.

Mientras no existan estas nuevas mediciones de la pobreza, difícilmente el gobierno podrá generar indicadores de la reducción del hambre en México. Seguramente por ello, solo dan cifras de gasto y metas de acciones de la CNCH, como el número de comedores comunitarios, beneficiarios con la tarjeta sin hambre, nuevas tiendas DICONSA abiertas, etc., datos que no llevan ninguna medición sobre el crecimiento o disminución del número de personas con hambre.

Las acciones que dicen haber realizado son muchas y diversas, por lo que debería esperarse un impacto favorable en la reducción del número de mexicanos incluidos en el universo de atención de la CNCH. 

El problema es que seguramente no será así, porque la principal variable utilizada en la medición de la pobreza es el ingreso y su capacidad para financiar el costo de la canasta básica alimentaria. La situación económica nacional, sus indicadores actuales de empleo, inflación y de crecimiento del Producto Interno Bruto, favorecen más una perspectiva de crecimiento de la pobreza y no de su disminución.

Como no tenemos certeza en lo que pasará, solo nos queda hacer lo que hoy hace Doña Rosario: rezar cien rosarios diarios para todo salga bien. Su futuro depende de ello. El retroceso la jubilará de manera definitiva del servicio público. Sin duda alguna, su preocupación debe ser grande, por su futuro propio, no tanto por el de los mexicanos que necesitarán más ayuda para superar sus condiciones.

Si los rosarios de Doña Rosario no funcionan, tal vez lo haga la fórmula utilizada para determinar a los 7.01 millones de mexicanos que fueron definidos en pobreza extrema carentes de alimentación, especialmente si el levantamiento de la ENIGH se realiza preferentemente en población beneficiada con las acciones de la CNCH. Muy inteligentes, mis respetos para los estrategas. Esperemos que no exista vinculación del INEGI ni del CONEVAL en ello.

Un resultado así obtenido no convencería a muchas personas, pues el objetivo sería cambiar una cifra, no una realidad social, pero como sucede en las novelas o en el cine, en la vida real los juegos del hambre también requieren de una estrategia.


martes, 3 de junio de 2014

CHILES, TOROS Y TOREROS

Jacob Aquino Muñoz

03 de junio de 2014

La semana pasada, el miércoles 25 de mayo, la firma estadunidense Bank of America Merrill Lynch sostuvo que la economía mexicana “todavía” se encuentra en recesión, es decir, que ya llevamos los mexicanos mucho tiempo en esta situación económica.

“Recesión económica” es la disminución generalizada de la actividad económica de un país o región, medida a través una baja de la tasa anual de su Producto Interior Bruto (PIB) real, durante un “periodo suficientemente prolongado”. Esa es la definición más aceptada por los expertos.

No existe un acuerdo generalizado en la medida de tiempo que requiere el periodo para determinar la recesión económica, pero la más aceptada es en torno a dos trimestres consecutivos de caída como plazo definitorio para el término.

Con los pelos y los datos en la mano, el economista en jefe para México de la firma financiera estadunidense Merrill Lynch, asegura que la recesión de la economía mexicana empezó en el cuarto trimestre de 2012, lo que significa que ha estado en recesión por seis trimestres consecutivos. 

Afirmación contundente que provocó, además de alarmas y temores entre inversionistas y ciudadanos en México, ardores, ampollas y reacciones mayores a las que puede producir un chile toreado en las rutas de evacuación de cualquier oficina gubernamental. 

Lo peor fue que estos nuevos ardores se provocaron en las fístulas del aparato digestivo institucional, aún sangrantes, que días antes habían reventado cuando Agustín Cartens, Gobernador del Banco de México (Banxico), anunció la modificación del intervalo del pronóstico de crecimiento del PIB para 2014, a un rango de entre 2.3 y 3.3 por ciento. Antes de ello, este rango se encontraba entre 3.0 y 4.0 por ciento.

Los especialistas, y también los chismosos, ven en este pronóstico de Banxico un enfrentamiento entre Agustín Cartens y Luis Videgaray, Secretario de Hacienda y Crédito Público, incluido también Eduardo Sojo, Presidente del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) por los datos de la perspectiva económica publicados. Tanto Cartens como Sojo, son funcionarios que provienen de gobiernos panistas anteriores.

Al tener menos grasa y menos corpulencia, seguramente Eduardo Sojo es menos resistente a los ardores. Por ello o para congratularse con el Secretario de Hacienda, fue el primero y el menos indicado que se aventó al ruedo, pero se le olvidó que no es el torero principal de esta arena. Aunque es aún famoso por sus capotazos de “derecha”, sus tiempos de “diestro” ya pasaron, ahora es, para ubicarlo en este mismo ámbito taurino, apenas un mozo de espadas que actúa para distraer a los toros y a los bueyes que se dejen. 

Tan transparente como salsa de soja, Sojo explicó que la economía mexicana no está en recesión, aunque sostuvo que en el primer trimestre del año tuvo un desempeño lento y por debajo de su tendencia de largo plazo. Para confundir más a los astados dijo que la economía mexicana no está en una recesión en el “sentido clásico”. Es lo mismo decir que sí hay recesión económica, pero no tanto, nada más tantito. Su estrategia no es matar al toro, sino ponerle buenos cuernos.

Por ello, por estos desaciertos que causan desconciertos, hay que recurrir a los economistas clásicos como Adam Smith, David Ricardo, Karl Marx o Thomas Malthus, para encontrar algunas explicaciones de lo que quieren decir los funcionarios públicos sobre la situación económica por la que está pasando México.

Para ganarle tiempo y una sonrisa a la vida, también les recomiendo recurrir a la docencia y sapiencia del monero “Magú” que explica muy bien, en una sola imagen, los problemas económicos que los funcionarios públicos no quieren decir o que quieren disfrazar. 

En su reciente caricatura Magú muestra a una paciente encamada en terapia intensiva. A su lado está un doctor, muy parecido al “Doctor Sojo” que dice, refiriéndose a la paciente, “no está paralizada, no tiene recesión, no va en reversa, tiene un estancamiento que es lo mismo, pero no es igual”.

Es la explicación más certera y más real que podemos tener. La verdad es que la economía mexicana es como la paciente encamada en terapia intensiva. Su enfermedad, le llamen como le llamen, provocada por los bichos que sean, por los doctores que la atienden, por los medicamentos aplicados, la tiene postrada en la cama, a punto de fenecer. Está en cama y enferma. Ese es el punto.

Esa es la verdad y, por ello, Magú debería ser Presidente o al menos Secretario de Hacienda. Lo siento amarillos, azules, verdes, morenos y tricolores. Mi voto ya está comprometido.


Artículo publicado en "Es Diario Popular" http://esdiario.com.mx/?p=25213