lunes, 14 de octubre de 2013

LA NUEVA CONQUISTA

Jacob Aquino Muñoz.

14 de octubre de 2013.

El pasado 12 de octubre se celebró en Chiapas, en México y en otras partes de Latinoamérica, el descubrimiento de América y, mejor dicho, el principio de una conquista que aún quema el alma y el espíritu en estas latitudes.

En este día, particularmente, se recuerda la llegada a América de un grupo expedicionario español comandado por Cristóbal Colón, que desembarcó, el viernes 12 de octubre de 1492, en una isla llamada Guanahani. 

La llegada de Cristóbal Colón supuso el comienzo de la conquista de América, cuya primera campaña fue la de Cuba, por Velázquez, a la que siguió la del Imperio mexica, por Hernán Cortés.

Visto lo que sucedió después de la llegada de los españoles, pues la verdad no hay mucho que celebrar. Por eso mismo, el 12 de octubre ha pasado de una celebración a una protesta.

Los tiempos cambian y los gustos también. Quizás nuestros sentimientos nos engañan o son insuficientes, pero lo cierto es que ahora ya ni a los masoquistas les gusta celebrar el 12 de octubre con los términos del “Día de la Raza” o “Día de la Hispanidad”. Celebrarlo así es hasta ofensivo, sobre todo, cuando se hace un recuento de los años de opresión.

La historia, al menos la nuestra, no esculpe motivos para celebraciones en este día, pero es fecha oportuna, para recordar que en este país, 521 años después, aún perduran los ecos de la injusticia de la conquista española y, lamentablemente, también muchas costumbres de su barbarie.

Quizás por ello, desde hace muchos años, en Chiapas, muchas organizaciones sociales, principalmente indígenas, aprovechan cada 12 de octubre, no para celebrar, sino para expresar su inconformidad ante tanta injusticia vivida, antes y ahora. Tienen razón para hacerlo. 

Los conquistadores pasados llegaron a estas tierras chiapanecas, blindados con armaduras, caballos y armas poderosas. Dominaron a todos. Impusieron sus creencias, sus reglas y sus costumbres. Se extinguieron, pero nunca se fueron. Se quedaron aquí, en una perfecta simbiosis con el entorno, que ya no es posible distinguirlos.

La verdad es que aún, 521 años después, no sabemos qué hacer con esta sangre de dos sangres, menos aún con esta cultura de dos razas que se ha curtido a la intemperie de los tiempos.

En la metamorfosis generacional, ya muy pocos saben a qué bando pertenecen sus orígenes. Ahora, la diferencia entre conquistadores y vencidos solo se mide por la cantidad de riqueza o de pobreza acumulada.

La conquista prosigue, porque Chiapas ha sido siempre tierra de conquistas. Su historia, antigua y reciente, describen ese proceso. Han cambiado los modos y las formas de conquistar estas tierras, pero no los fines, que han sido, a través de los tiempos, la explotación y el saqueo. 

Los conquistadores modernos llegan ahora en aviones y carros blindados, con grandes campañas electorales auspiciadas por los grupos de poder. Sus armaduras ahora son del tamaño de un espectacular, donde muestran sus blancas sonrisas y esconden sus intenciones. 

Con pocos artificios, los conquistadores modernos vencen a la inteligencia y al sentido común. Basta difundir una foto abrazando a una abuelita, para rendir a todo un pueblo. 

Los conquistadores modernos no tienen una iglesia que les ayude a dominar las mentes de sus conquistados, pero cuentan, en los medios de comunicación, con una arma mucho más poderosa, para evangelizar. 

Por ser masivo, los medios de comunicación han demostrado que su dominio es más efectivo. Una hora de televisión logra más conversos y arrepentidos, que cien años de Inquisición.

Con estos nuevos embates, cada 3 y 6 años, Chiapas vive una nueva conquista. Los rostros de los conquistadores cambian, pero no los grupos en el poder, parece que son los mismos desde hace 521 años.


Artículo publicado en "ES Diario Popular". http://www.esdiario.com.mx/opinion/15988-la-nueva-conquista

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