jueves, 4 de julio de 2013

CAMBIOS EN EL GABINETE REFRESCAN CONFIANZA

Jacob Aquino Muñoz.

04 de julio de 2013.

“Los Príncipes deben huir de los aduladores como de la peste; para defenderse de ellos, deben elegir hombres sabios”. Nicolás Maquiavelo.

En mi nota anterior, la cual titulamos “La comunicación social no debe ser publicidad”, manifestamos la posibilidad de que operadores políticos estuvieran intentando desestabilizar al gobierno, por privilegiar el uso de la policía, antes de usar intensivamente la política y la comunicación social.

El cambio del Secretario General de Gobierno viene a ratificar en parte la existencia de esa hipótesis. Este cambio era sumamente necesario, además de evitar el desgaste que arrastraba el anterior funcionario, viene a refrescar la opinión ciudadana sobre la fortaleza del propio gobierno. Muchos ciudadanos, al igual que yo, opinan que este cambio puede ser el inicio del rompimiento definitivo con el pasado, con esa dinastía que se niega a morir.


La designación del Lic. Oscar Eduardo Ramírez Aguilar, viene a dar un nuevo impulso a la presente administración. Tiene grandes retos por delante que son urgentes de atender. Al nuevo Secretario de Gobierno corresponderá diseñar la estrategia de atención de los problemas de desplazados de Venustiano Carranza y el conflicto con el magisterio, cuyas relaciones quedaron muy golpeadas, al igual que muchos maestros. El 8 de julio tendrá su prueba de fuego.

Un cambio siempre deja la piedra angular para la edificación de otro. Por ello, este cambio, es quizás el más importante, porque además, se puede interpretar que este gobierno inicia la toma del control definitivo de la administración pública estatal, plagada aún de funcionarios del sexenio anterior. 

No voy hablar de la capacidad o incapacidad de cada uno de los funcionarios sabinistas, posiblemente si la tengan, pero el desastre que dejó la administración anterior los marca también a ellos, en virtud de que fueron obreros en la construcción de ese desastre. Son representantes de los vicios y de los excesos que los chiapanecos no quieren ver nunca más. Su presencia es más ofensiva que los bustos y las estatuas erigidas para engrandecer la imagen de tan mal gobernante y pésimo administrador.

“Si la era de papá juan estuvo dura, peor ha sido la de su criatura, esa no estuvo dura, sino que la metió hasta la empuñadura”. Estos son algunos de los cantares del ciudadano chiapaneco actual. Muestran su coraje y, sobre todo, su impotencia para cambiar cosas que no debieron pasar. Afortunadamente, el coraje tiene ciclos y temporadas. 

Cada seis años, la sociedad chiapaneca renueva a sus gobernantes y con ello también renueva sus esperanzas para construir un mejor futuro en lo individual y en lo colectivo. El inicio de cada ciclo gubernamental es de gran interés y se marca de una manera muy sólida, casi permanente, en la conciencia y, sobre todo, en la confianza ciudadana.

Por eso mismo, los cambios en la administración pública estatal deben continuar. Es urgente tomar el control en el área de procuración de justicia. También es urgente controlar a los contralores. 

Ahora, la puntería de los cambios debe dar en el “blanco” de los órganos de vigilancia del gasto público. Los cambios en esa área son urgentes y necesarios. Los funcionarios que dirigen los órganos de control ya están más desgastados que la entrepierna de mis mezclillas. 

Mitad en serio, mitad en broma, sin ánimo de ofender a las personas que tienen esa discapacidad, en diversas ocasiones he mencionado en la red social de twitter, la necesidad de proponer un "mirapachiapa" para Contralor. Al menos, hace la finta que mira. Nos merecemos aunque sea eso.

MVC-TOMA DE PROTESTA SGG


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