Jacob Aquino Muñoz.
25 de septiembre de 2013.
Cuida de los pequeños gastos; un pequeño agujero hunde un barco. Benjamín Franklin, estadista y científico estadounidense.
A nivel nacional, tenemos una hacienda pública débil, con una baja capacidad recaudatoria e incapaz de hacer que se cumpla plenamente la ley. El país no ha encontrado un equilibrio fiscal justo, eficaz y sostenible.
De Chiapas ya ni se diga, su sistema de recaudación fiscal es un desastre. Hoy lo más difícil en esta entidad es pagar impuestos, las oficinas de recaudación han disminuido considerablemente y en las pocas que aún quedan funcionando, las aglomeraciones de contribuyentes son de grandes magnitudes. Por eso, muchos prefieren vivir en la ilegalidad.
Debido a ello, la salida fácil que este país ha encontrado es la generación de más impuestos a una población contribuyente cautiva, es decir, a la misma de siempre. Del 100% de la cantidad de contribuyentes que deben pagar impuestos, solo lo hace menos de la mitad de ellos y, de éstos, muy pocos pagan sus impuestos en forma correcta.
Así que al cobrar poco y gastar en exceso, sólo es posible solventar la diferencia mediante la contratación de deuda. Esa estrategia salva necesidades momentáneas, pero complica más la situación cuando hay que pagarla.
Cuando algunos ven que todos los ríos van al mar y que el mar no se desborda, creen que así será con el uso desmedido del crédito. Esa forma de financiarse tiene un límite y Chiapas, por ejemplo, ya está llegando a ese límite. Su única salvación es que la federación brinde más recursos a través del pacto fiscal.
No será fácil que Chiapas obtenga más recursos, aun cuando se generen más ingresos fiscales, porque el proyecto de reforma hacendaria del presidente Peña Nieto va a generar una presión permanente y creciente al gasto público federal, especialmente, si se ponen en marcha la pensión universal y el seguro al desempleo.
De concretarse ambos derechos en la Constitución, éstos serán obligatorios. Para cumplirlos, el gobierno federal tendrá una presión de gasto que irá creciendo en el tiempo, además de otros gastos que requerirá la implementación del programa de escuelas de tiempo completo y gastos asociados con las nuevas leyes educativas.
Desafortunadamente, la única solución que han encontrado es a través de pagar más impuestos. Por ello, se ha propuesto incrementar el ISR de 30% a 32% para quienes ganan más de 500 mil pesos al año, eliminar exenciones y tratos privilegiados en ISR e IVA e incrementar impuestos o derechos en combustibles, extracción de minerales y bebidas azucaradas.
Las previsiones del gobierno federal es que si se logrará generar los recursos necesarios para sufragar todos los nuevos gastos gubernamentales. En lo personal, tengo mis dudas en que eso suceda. De lo que si estoy completamente seguro es que el gasto si será una realidad.
Independientemente a mis opiniones, debemos considerar que todos los pozos profundos viven con lentitud sus experiencias, tienen que esperar largo tiempo hasta saber qué fue lo que cayó en su profundidad.
La experiencia dice que casi todas las reformas fiscales han generado más ingresos en el corto plazo que en el mediano. Luego se va diluyendo su impacto porque el gobierno va suavizando algunas medidas, va perdiendo amparos y el contribuyente aprende cómo pagar menos.
Por lo pronto, ya hay avisos de que el IVA en las colegiaturas no va a pasar en el Congreso. Todos los líderes de los grupos parlamentarios decidieron que es demasiado costoso avalar esa medida. Bueno, hasta el propio PRI ya lo rechazó.
Algo similar sucederá con el impuesto a las hipotecas o las rentas. No es verdad que es imprescindible y mucho menos que castigue la elusión o evasión, sino que castiga a quien ha ahorrado para comprarse una casa o a quien está haciendo esfuerzos por rentarla y tener un techo digno donde vivir.
Si no hay compensación entre ingreso y gasto, entonces el gobierno federal tendrá que venir a pedir asesoría a Chiapas, para establecer una estrategia de contratación de deuda pública, sin que nadie se oponga, reniegue y se entere. Acá en Chiapas, podrán aprender cómo hacer que el aparato legislativo apruebe contratación de deuda pública, sin siquiera solicitarlo.
Por lo pronto, el gobierno federal ya está pidiendo un déficit público de 1.5% del PIB para 2014, sin considerar la inversión en Pemex, el déficit más alto en más de 20 años.
La otra opción será encender la máquina de hacer billetes, pero el resultado sería la inflación más desastrosa de los últimos tiempos, peor a la vivida en la época del gobierno de Miguel de la Madrid.
Comentarios al correo electrónico jaquinom23@hotmail.com Twitter @jaquinom23.
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Artículo también publicado en "ES Diario Popular" http://www.esdiario.com.mx/opinion/15598-mas-impuestos
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