20 de julio de 2013.
Imaginar el futuro no requiere ninguna magia, basta un poco de perspicacia. Refrán Popular.
Hay magos, cuyo principal truco, es sacar un conejo de su chistera, que es, en términos más coloquiales, un sombrero de copa. Para sacar al conejo de la chistera, el chiste es engañarlo. Entre más chaparrito es el mago, mejor le acomoda el truco. Recuerden que los chaparritos no miran para abajo, miran solo para arriba, tanto en la vida, como en la política.
En el truco de SMAPA, ¿en cuanto nos saldrá el chistesito?. No lo sabemos aún, pero lo sentiremos en nuestros próximos recibos de consumo de agua.
Pretender privatizar el servicio del agua potable de los tuxtlecos, por una dificultad financiera temporal, no solo es un chiste de mal gusto, sino la visión más superflua, banal y superficial, sobre delicado asunto y que demuestra una gran ignorancia, no solo este tema del agua sino en política. El desplazamiento de ingenieros o hidrólogos, por políticos en la administración del agua, tiene consecuencias como los que hoy vive SMAPA.
La privatización o dación en arrendamiento de SMAPA, abrirá una Caja de Pandora, donde saldrá no un inocente y blanco conejito, sino uno rojo, con una serie de inconformidades sociales, que recibo tras recibo, se irá incrementando exponencialmente.
Para aquellos que no lo saben, en la mitología griega, Pandora fue la primera mujer, hecha por orden de Zeus para introducir males en la vida de los hombres, después de que Prometeo, yendo en contra de su voluntad, les otorgara el don del fuego. La caja de Pandora, era un recipiente que contenía todos los males que aquejaban a la humanidad. Hoy en día, abrir una "caja de Pandora" significa crear una acción en apariencia pequeña o inofensiva pero que puede acarrear consecuencias importantes o de largo alcance.
Los conflictos sociales en Turquía empezaron, lean bien, por la remodelación de un parque. Los de Brasil, iniciaron por el incremento de tarifas del transporte. En ambos, hubo un deplorable manejo político de las autoridades, dando macanazo limpio como respuesta. Lo que siguió es más exaltación social que ahora pide la destitución de ambos gobiernos.
En los años ochenta, América Latina se convirtió en laboratorio de políticas de privatización de servicios públicos, incluidos los del agua y saneamiento. El resultado fue una constante lucha social de años y un camino perfecto para la construcción de gobiernos de izquierda.
La conejada es una sociedad apacible, muchas veces inconmovible, políticamente apática y, por ello, no le importa mucho cuando se le cuela cualquier liebre dientona en su tierra. Quizás su próximo recibo de agua, al conejo le cambie su carisma, su color blanco pasará a ser más rojo que del conejo recién nacido.
Si la privatización de SMAPA es inevitable, el gobierno debe evitar primero la generación de cualquier conflicto social. La democracia en materia del agua remite a la democracia directa, no a la representativa. Es la gente quien tiene que decidir sobre el agua. El principal obstáculo para una gestión ambientalmente sustentable del agua, es la falta de diálogo entre autoridad, expertos y sociedad. Hay que escuchar al pueblo, aunque no se haya nacido en él ni se hable su lenguaje.
A conejolandia le recetaron una Ciudad del Agua, sin su opinión, sin su consentimiento. Este proyecto inició la actual quiebra de SMAPA, por las condiciones del crédito contratado que rebasa las capacidades de pago del organismo. Igual, sin consentimiento social, le aplicaron un brazo norte del agua, que no alcanzó sus objetivos.
Por ello, la primera recomendación de la ONU es no perder la gobernabilidad del agua. La gobernabilidad y la gestión del agua deben estar bajo el control de instituciones dirigidas por expertos, no por capitalistas ni por el interés de la plusvalía. Tuxtla no debe ser subordinada a los intereses de los grandes monopolios privados del agua transnacionales. Las manos privadas diluyen la gobernabilidad de la sociedad en la materia.
Europa está dando marcha atrás la privatización del servicio del agua en sus principales ciudades. Aquí en Tuxtla se pretende nadar contracorriente, tratando de aplicar experiencias que no han dado resultados. El neoliberalismo ha generado un proceso de mercantilización de la vida social, incluso las relacionadas con la gobernabilidad y gestión del agua, que no son positivas ni para el inversionista, mucho menos para la gente.
Desprenderse de una responsabilidad constitucional por un problema financiero, no es solución en muchos aspectos de la vida social, mucho menos en materia de agua. La prestación de un servicio de agua sostenible y sustentable debe ser el objetivo en Tuxtla.
Para ello, tal y como lo establece la ONU, el mayor desafío radica en la creación de instituciones competentes, eficaces, eficientes y orientadas al servicio.
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