Jacob Aquino Muñoz.
8 de octubre de 2013.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) designó el primer lunes de octubre de cada año, como el Día Mundial del Hábitat. En este 2013, se celebró el día de ayer, lunes 7 de Octubre.
En Chiapas, esta celebración pasó sin pena y sin gloria, en virtud de que ayer también se celebró, en Comitán, el centenario de la muerte de Belisario Domínguez, acto que congregó a la crema y nata de la política local. Ni la reciente y espectacular boda del munícipe comiteco, hubo tanta crema ni tanta nata.
El objetivo del Día Mundial del Hábitat es reflexionar sobre el estado de pueblos y ciudades. Es la oportunidad de recordar al mundo, que somos nosotros quienes tenemos la responsabilidad sobre el futuro de nuestras ciudades, siempre y cuando, no se tengan autoridades como las tuxtlecas, que ignoran la opinión ciudadana.
El tema de este año es “Movilidad Urbana” debido a que el acceso a los bienes y servicios es esencial para el buen funcionamiento de las ciudades y pueblos conforme se expanden y crecen. Cada día existen más modos sustentables de transporte como trenes, autobuses, acera para bicicletas, entre otros.
En Tuxtla Gutiérrez parece que vamos en sentido contrario, en cuanto al transporte sustentable se refiere. Bueno, vamos en sentido contrario en casi todo.
En el centro de la ciudad, la “movilidad urbana” se transformó en inmovilidad casi absoluta. Con el plantón magisterial, la “movilidad urbana” en el centro tuxtleco, se parece más a una especie de “morbilidad humana” con maestros y maestras a punto de desfallecer, por tantos días de penurias.
En Tuxtla Gutiérrez, la “movilidad urbana” en tren está prácticamente sin crecimiento desde hace más de 30 años. Fue una iniciativa de Sabines “El Grande”, que tuvo como objetivo marear a sus transportados. Este proyecto está prácticamente olvidado y muy deteriorado. A veces funciona y solo por las tardes de sábados y domingo. Me refiero al trenecito de Convivencia Infantil.
Existe otro proyecto de tren para Tuxtla Gutiérrez que recientemente destacaron las redes sociales. Es sobre la construcción de un tren subterráneo, el metro tuxtleco. Como sería subterráneo, este se llamaría “Topo Bus” y tendría la ventaja, a diferencia del Conejo Bus, que no sería obstruido ni desviado por ningún tapón magisterial, ni tendría que estar despejando, con sus espejos, a tanto comerciante ambulante por las angostas calles del centro.
En las redes sociales, la iniciativa del tuxtleco es tan grande como la imaginación de Sabines “El Chico”, al grado que muchos propusieron que el “Topo Bus” utilice electricidad producida con biodiesel inexistente, de la misma marca y calidad chiapaneca, que nunca ha usado ni usará, el Conejo Bus.
El proyecto del tren subterráneo prosperó en las redes sociales, porque muchos confundieron los cráteres de las calles, con las excavaciones del metro. Pero como siempre, vino la autoridad municipal a terminar con las ilusiones de los tuxtlecos con sus trabajos de bacheo. En pocos días, cuando el dinero se lo llevó el agua, junto con los baches que regresaron de nuevo, las ilusiones del tren subterráneo, también.
En Tuxtla Gutiérrez, la movilidad urbana en bicicleta tuvo un gran auge en tiempos pasados, antes de la aparición del “homo combis erectus”, una especie altamente invasora no solo de aceras y carriles, sino de rutas y trayectos creados en su zigzagueante y veloz caminar.
Antes, cuando los límites norte y sur de la ciudad capital lo marcaban las iglesias del Niño de Atocha y San Francisco, había una mayor movilidad urbana en bicicleta. Lamentablemente, en esa época andar en bicicleta no era tan “nais” como ahora, era identificado con la pobreza y no con la sustentabilidad.
Con la aparición del “homo combis erectus” se extinguieron los ciclistas, pero no su pobreza, que ahora tienen que transportarla en los vehículos de su extintor. Con el “homo combis erectus”, de las calles tuxtlecas pronto también desaparecerán los chuchos sin dueño y peatones distraídos. Están a salvo de la extinción, no porque no mueran sino porque su crecimiento es exponencial, limpiavidrios, vendedores, payasos y motociclistas repartidores.
En esta ciudad ganará el vehículo de cuatro o más ruedas. Así está diseñado y el gobierno trabaja diariamente para darle mayores espacios. Los conductores de vehículos motorizados serán los triunfadores, siempre y cuando no se encuentren de frente con el “homo combis erectus” o con algunos de sus parientes del transporte público.
Es un destino manifiesto, si algo no ocurre pronto para mejorar la movilidad en esta ciudad. La inteligencia gubernamental, que es escasa en estos tiempos, debe mirar lo que está sucediendo en otros lados del mundo, para no seguir promoviendo la reproducción de más especies invasoras de nuestras calles.
Página web http://letrasvivas.com.mx/Wordpress/
Artículo publicado en "ES Diario Popular" http://www.esdiario.com.mx/opinion/15869-movilidad-urbana-a-la-tuxtleca
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