Jacob Aquino Muñoz.
24 de octubre de 2013.
Emilio Chuayffet Chemor, es un hombre de tempestades, sabe crearlas fácilmente pero no tiene mucha capacidad para salir de ellas.
Chuayffet es un hombre de amplia experiencia en el servicio público y en la política mexicana. Ha ocupado destacados cargos como Gobernador del Estado de México, Secretario de Gobernación y Presidente de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.
Emilio Chuayffet tiene sus orígenes en el Estado de México y está ligado al “Grupo Atlacomulco”, el cual es el grupo político más fuerte de esa entidad y quizás de todo el país. La liga a ese grupo, es lo que lo liga al Presidente Enrique Peña Nieto, quién lo nombró como Secretario de Educación Pública, a partir del primero de diciembre del año pasado.
En 1995, Emilio Chuayffet fue nombrado Secretario de Gobernación en el sexenio de Ernesto Zedillo. Para acceder a ese cargo, Chuayffet tuvo que dejar la gubernatura del Estado de México que había ganado dos años antes.
Como Secretario de Gobernación, condujo el trabajo institucional destinado a dar atención a las demandas del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). La guerra de baja intensidad que se desarrolló en Chiapas, para contener el avance del EZLN, fue diseñada y dirigida desde su despacho. Con la matanza de Acteal afloraron las verdades de esa estrategia, lo cual desencadenó, a principios de 1998, su salida de la Secretaría de Gobernación.
En lo personal, yo creí que la meteórica carrera de Emilio Chuayffet terminaría en ese momento. Pero no fue así. Como el Ave Fénix, logró resurgir de las cenizas y, además, camina por la vida sin ningún chamuscón.
En el 2003, Chuayffet fue nominado diputado federal en la LIX Legislatura del H. Congreso de la Unión, en la cual logra también el nombramiento de Presidente de la Junta de Coordinación Política. Además fue coordinador del grupo parlamentario del Partido Revolucionario Institucional (PRI). Nuevamente, en el 2009, logra ser nominado diputado federal en la LXI Legislatura del H. Congreso de la Unión, de la cual logra ser nombrado Presidente de la Mesa Directiva.
Durante su estadía como legislador federal, Chuayffet desarrolló diversas tempestades contra los gobierno de Vicente Fox y Felipe Calderón. Ahí se midió contra uno de sus principales enemigos, la maestra Elba Esther Gordillo, quién gozó durante los dos sexenios panistas de grandes poderes.
En el 2003, en medio de la disputa por la coordinación del grupo parlamentario del PRI en la Cámara de Diputados, Elba Esther Gordillo le dijo a Chuayffet “licenciado, ¿qué epitafio quiere que ponga en su tumba?
Cosas de la vida. Diez años después, a través del diseño de la política educativa, Emilio Chuayffet le tocó escarbar el hoyo de la tumba de Elba Esther. Al menos, ella si eligió su epitafio “aquí yace una guerrera; como guerrera murió”.
La tumba de Elba Esther Gordillo se empezó a cavar a finales del año 2011, cuando el PRI anuncia la ruptura de la alianza electoral que había hecho con la maestra Elba Esther Gordillo, a través del Partido Nueva Alianza (PANAL).
Con el rompimiento de la alianza electoral con el PRI, la maestra Elba Esther Gordillo selló su destino, el cual, con toda posibilidad, lo diseñó Emilio Chuayffet Chemor.
La primera jugada maestra contra la maestra, fue anunciar la ruptura de la alianza electoral PRI-PANAL en el momento en que los tiempos electorales ya no permitieron a Elba Esther Gordillo armar una nueva alianza electoral con algún otro partido y el PANAL no tuvo otra alternativa que competir solo. No le fue tan mal, porque logró mantener su registro.
A finales de 2012, la maestra Elba Esther Gordillo empezó a sentir temblores inexplicables en su silla. Su imperio sindical se tambaleaba. Quizás por ello, elevó el nivel de sus críticas hacia el Gobierno de Enrique Peña Nieto.
Sus temores no fueron en vano, se hicieron realidad en febrero de este año, cuando fue detenida y encarcelada. Mientras la maestra caía a los infiernos, la figura de Emilio Chuayffet se elevaba a los cielos. Como ven, a veces, los diablos tienen un destino inmerecido.
El primer enemigo de la reforma educativa fue eliminado sin problemas aparentes, pero dejó sin liderazgo al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE). Esa falta de liderazgo, es lo que ha llevado al conflicto magisterial a los extremos donde está.
Desde la cárcel, ahora Elba Esther parece decir de nuevo: Licenciado, ¿qué epitafio quiere que ponga en su tumba?
Página web http://www.letrasvivas.com.mx/
Artículo publicado en "ES Diario Popular" http://www.esdiario.com.mx/opinion/16192--ique-epitafio-quiere-en-su-tumba
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