Jacob Aquino Muñoz.
21 de agosto de 2013.
El que dice una mentira no sabe qué tarea ha asumido, porque estará obligado a inventar veinte más para sostener la certeza de esta primera. Alexander Pope (1688-1744), poeta inglés.
En estos momentos, aún no existen elementos claros para determinar los beneficios que la reforma energética tendrá para México, mucho menos para calcular las posibles repercusiones para Chiapas. Aún falta mucha información y mucho camino por recorrer, para calcular parámetros reales de beneficios y maleficios.
Podemos intuir, eso sí, algunas cosas que pasarían sobre el “statu quo” local, en donde algunos factores establecidos pueden cambiar con la reforma energética. En estos momentos, veo más signos más preocupantes que alegrantes.
Al igual que todas las entidades del país, Chiapas recibe grandes cantidades de dinero, vía participaciones fiscales, por los gravámenes impuestos a Pemex. Si Pemex reduce su aportación fiscal al sistema de recaudación mexicano, el golpe será fatal para las finanzas de todas las entidades del país, a menos que existan esquemas compensatorios.
En este año, el presupuesto de ingresos de Chiapas es de 66,869 millones de pesos. El 93.2% de ese ingreso público es de origen federal y el 31.4% provendrá de las participaciones fiscales federales. Ese 31.4% proviene de la bolsa repartible a nivel nacional de todos los impuestos que se pagan en el país, donde están incluidos los gravámenes petroleros, además del Fondo de Excedentes Petroleros.
Si la reforma energética, junto con la fiscal, financiera y hacendaria, modifica cambios en el sistema fiscal de Pemex habrá, por lo tanto, menos recursos fiscales provenientes del petróleo que repartir. Para evitar eso, en su conjunto, las futuras reformas tendrían que proponer esquemas recaudatorios más eficientes y exigir un gasto público más escrupuloso, transparente y adecuado.
Lo peor será compensar la baja de recursos petroleros con nuevas imposiciones. Me preocupa de verdad, como a muchos mexicanos, que eso sucediera. El proyecto del IVA en medicinas y alimentos ya se avizora y posiblemente será realidad en el corto plazo. Un golpe de esa magnitud no alegraría a nadie, mucho menos en esta entidad que es una de las de mayor pobreza del país. Si sucede, el gobierno mexicano tendrá que preparar dos o tres cruzadas más contra el hambre.
En materia eléctrica, la reforma energética plantea la producción de energía más barata por parte del sector privado. Eso sí sería de gran beneficio no solo para el pueblo de Chiapas, sino para todos los mexicanos. En este momento, no es posible saber si el sector privado logrará generar esa energía eléctrica más barata, cuando será y, sobre todo, si realmente se venderá más barata cuando suceda. Sólo lo sabremos, cuando los recibos de cobro empiecen a bajar, mientras son, por el momento, buenos deseos.
Ojalá que las determinaciones y autorizaciones en esta materia, obliguen al privado a la generación de energía eléctrica limpia, no contaminante. Si esa tendencia avanza, entonces la iniciativa privada tendría solo los campos de generación eólica, solar e hidroeléctrica. Sería un primer paso, en lo que muchos mexicanos estaríamos de acuerdo en esa apertura.
CFE no participa en las participaciones fiscales federales como la hace Pemex, que tiene un régimen especial. CFE sólo participa como un contribuyente más, igual que todos los contribuyentes del país. Entonces, energía más barata, sería cobrar menos impuestos y menos recursos en la bolsa general participable de recursos fiscales que se reparten a las entidades federativas.
Aunque reciba menos recursos vía fiscal, pero si se cumple el propósito de generar energía eléctrica más barata, entonces el Gobierno del Estado de Chiapas tendría ahorros presupuestales muy importantes, especialmente, en el enorme subsidio que hoy canaliza a CFE para mantener las tarifas un poco más accesibles a la población.
En este intercambio, no sabremos si habrá déficit o superávit en las finanzas estatales y en la economía familiar. Sin ese subsidio, hoy los chiapanecos estaríamos muy golpeados económicamente por las tarifas eléctricas, pese a ser uno de los principales productores de energía hidroeléctrica del país.
Como lo dijimos al principio, aún no sabemos el camino que tomarán las reformas que está proponiendo el gobierno federal en materia energética, mucho menos podemos tener información para llegar a conclusiones precisas sobre sus efectos positivos o negativos que tendrán en México y en Chiapas.
Las posiciones políticas a favor o en contra de la reforma energética son otra cosa, buscan otros fines y tienen otros propósitos. Cada quién tiene sus intereses en la materia o su propia visión del mundo que vendrá.
Regularmente, el mundo político no tiene mucha concordancia con el mundo ciudadano, porque uno decide y el otro solo recibe las consecuencias de las decisiones.
Pero sería bueno siempre recordar que en cualquier momento de decisión, lo mejor es hacer lo correcto, luego lo incorrecto y lo peor es no hacer nada.
Comentarios al Correo electrónico: jaquinom23@hotmail.com. Twitter @jaquinom23. http://jacobaquino.blogspot.mx/
No hay comentarios.:
Publicar un comentario