14 de agosto de 2013.
Un Estado donde queden impunes la insolencia y la libertad de hacerlo todo, termina por hundirse en el abismo. Sófocles (495AC-406AC) Poeta trágico griego.
Las obras municipales de Tuxtla Gutiérrez son eso, una comedia trágica donde el ciudadano no sabe si es mejor reír o de plano empezar a llorar.
En este artículo me voy a referir a lo más excelso de las obras trágicas y bastante cómicas que realiza en ayuntamiento capitalino en el margen del Río Sabinal. Un caso concreto, son las obras realizadas en la décima poniente.
Érase una vez, el administrador que el sabinismo dejó comisionado en tierras tuxtlecas, ordenó recientemente la realización de una obra municipal en plena época de lluvias, para construir un tramo de aproximadamente 30 metros del canal central del río. Este canal es de gran utilidad en la época de estiaje.
Mi convivencia por más de 50 años con el río Sabinal, me hacen un conocedor de su comportamiento, de sus humores y los sinsabores que causa a veces. La experiencia nos dice que el río no deja realizar obras en época de lluvias, es decir, aproximadamente entre junio y octubre.
Pese a ello, una lluviosa mañana de junio, los vecinos del lugar despertamos con la sorpresa que dentro canal del río había una enorme cantidad de piedra, misma que sería utilizada para la realización de dicha obra.
La construcción empezó sin decir “ni agua va” y el río les dijo “ahí les va el agua” y que empieza a llover a cántaros durante días. Las piedras y los vecinos quedamos a la expectativa durante varias semanas.
Para empezar a reír o llorar, tenemos que retroceder más en el tiempo. El año pasado, cuando realizaban las obras de construcción del colector de aguas negras que correría bajo el andador norte de dicho río, empezó la tragedia combinada con la comedia.
Dicha obra venía avanzando de oriente a poniente. Al llegar a la altura de la 11 poniente, los magníficos constructores rompieron el viejo colector y las aguas negras empezar a manar abundantemente. A los dos días, las aguas negras rompieron el muro norte del río, entre la 11 y la 10 poniente. Ahora no solamente había que proseguir construyendo el colector, sino también reconstruir el muro derribado.
Como en el pasado había dinero en abundancia por múltiples financiamientos, que hoy nos tienen totalmente embargados, rápidamente autorizaron no sólo reparar el tramo de muro derribado, sino que autorizaron la construcción de toda la cuadra completa del muro norte.
Al llegar la edificación del muro a la 10 poniente, las máquinas que estaban trabajando fracturaron el puente. Pues ni modo, ahora a construir también puente, muro y colector.
La obra del puente fue una demostración de derroche financiero y nula inspección. Los propios vecinos del lugar suplicaban a constructores algunas pequeñas obras que evitarán inundaciones, dado que el puente quedó más elevado que el nivel de la calle.
Pues ahora, a realizar las obras de desfogue, además de puente, muro y colector. Al terminar las obras mal hechas, hechas por malhechores, empezaron a edificar el canal central del río. Después de múltiples intentos, los trabajadores se rindieron y, posiblemente, también las finanzas. La obra quedó inconclusa, la cual ahora se trata de continuar.
En el mes de marzo de este año, un poco tardíamente, el ayuntamiento empezó a realizar los trabajos de desazolve del río, una actividad sumamente importante para el saneamiento y prevención de enfermedades como el dengue. Para meter las máquinas al canal del río, tuvieron que destruir el muro norte, entre la 12 y la 11 poniente, justo atrás de la barda de la Escuela David Gómez.
Los trabajos de desazolve terminaron y las máquinas se retiraron. Hubo un pequeño problemita, se olvidaron de reparar el muro que había sido destruido por la compañía encargada de realizar dichos trabajos. Los vecinos dimos constantes avisos a la autoridad por el riesgo que existe ante una inundación.
Los oídos del gobernante son grandes, pero lamentablemente son sordos. Hace unos días, con una lluvia intensa, se colapsó una parte más del muro, además de un árbol gigantesco y varios postes del alumbrado. Se dio aviso a la autoridad y solo llegaron a medio cortar el árbol y se retiraron.
El riesgo prosigue y el colector está a punto de colapsar, como también está a punto de colapsar la confianza ciudadana en estas autoridades que ignoran todo y a todos.
Ahora, para acabarla de rematar, nuevamente acaban de entrar las máquinas al seno del río. Para ello, tuvieron que tirar otra parte del muro para realizar un acceso al mismo. El día de ayer, las máquinas revolvedoras tiraron una gran cantidad de cemento, el cual vertieron a la alcantarilla. En horas, ese cemento dentro de la alcantarilla se volvió una formidable roca obstructora del desfogue de aguas pluviales.
Después de esta narración, usted puede elegir entre llorar o reír o ambas cosas.
Comentarios al Correo electrónico: jaquinom23@hotmail.com. Twitter @jaquinom23. http://jacobaquino.blogspot.mx/

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